La energía se encuentra en todas partes, pero no sólo podemos observar los efectos que produce, es decir, los cambios que ocurren gracias a ella; sino también cómo se produce. La energía que se genera a través de distintos recursos como el el agua (energía hidráulica) y el viento (energía eólica). Y hay muchas otras más.
La energía se puede transformar en otra cosa, por ejemplo: la energía eléctrica se puede transformar en energía lumínica cuando encendemos una lámpara o en calor cuando encendemos una vitrocerámica o sonora cuando encendemos un aparato de música, etc.
Lo que hace el hombre es tratar de localizar dónde puede haber energía disponible y cómo poder transformarla de la mejor manera posible para usarla en su beneficio. La energía en sí no se ve, sólo podemos observar los efectos que produce: cuando hay viento, no podemos ver ese viento, pero sí podemos ver cómo las cosas se vuelan o los árboles se mueven.
Todas las fuentes de energía son importantes. Pero hay fuentes de energía que se pueden usar siempre y otras que se pueden acabar. Dicho de otra manera, hay energías renovables y no renovables. Las renovables son las que no pueden acabarse la que se obtiene del viento, la luz solar, o el agua. Las no renovables son las que pueden terminarse como la que se obtiene utilizando petróleo, carbón y gas.